LA CARRETERA A BAHIA KINO
Hay gente que conforme pasa los años florece, crece, echa raíz
profunda y se levanta como un roble fuerte hacia el cielo.
Esa gente es la que está sentada a tu alrededor, quizás eres
tú también.
Gente buena que ama y ayuda desinteresadamente, que no tiene
que andar presumiendo que ayuda a otros o que sabe mil cosas, que ejecuta y
comparte su sabiduría de manera humildemente.
A esa gente que aunque le toco “sangre, sudor y lágrimas”
ser quienes las descubren siendo ellas, siendo reales, honestas sin esperar
parecerse a alguien.
No buscan llenar zapatos que no les quedan, ya sé porque les
aprietan o les nadan en el pie.
Son ellas mismas, no tienen que presumir nada, no les
importa hacerlo.
No tienen la necesidad que tiene un recién nacido de llamar
la atención y gritarle en llanto al mundo que son el centro del universo…
Esa personas que te las topas todos los días en la escuela,
en el trabajo, en tu familia, en los vecinos, esas personas pululan, son muchas
y no buscan ser descubiertas aunque ahí están.
Son maravillosas por naturaleza.
En este mundo donde tantas cosas nos influyen es difícil ser
uno mismo.
Somos todo aquello que nos rodea, nos viste, nos calza, nos
ama u odia…
Todo influye y todo cuenta.
Los aplausos sinceros o hipócritas y las críticas a veces
malas otras constructivas.
Es delicado pretender ser quien no eres, ser un charlatán,
porque tarde que temprano tu propia naturaleza terminara por vencer a eso que
no eres y acabara la caricatura que has hecho de ti.
¿Cómo se les llama a la gente que sigue a charlatanes?
El gran Winston Churchill decía “con el espíritu sucede lo
mismo que con el estómago: sólo puede confiársele aquello que pueda digerir.”
Buen día de Martes-lunes
Charles Espriella
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