Me encuentro “echándole” 200 pesosotototes de green gasoline a lo que queda de mi carro
cuando llega un señor al lado mío en un carro ONAPAFA de esos modelos que jamás
en tu vida has visto.
¿Saben a cuales me refiero? De esos que aunque digan “Ford”
o cualquier otra marca conocida parecieran autos que los diseñadores fueron
morros de 4 años. Bien raros, feos, pinches, más feos, en fin raros. No
curiosos, raros.
Se baja del carro este señor de más menos unos 65 años y lo
saluda amablemente el trabajador de la gasolinera y después le pregunta que si “cuanto
le echamos”…
El señor se veía enojado de a madres (mucho) y le dice: “échale
100 pesos de la verde”…
Voltea a verme y le sonrió y le doy las buenas tardes, el
señor medio sonríe y baja la mirada mientras se lleva su mano derecha a la nuca
y se nota preocupado.
El “despachador” como que también se da “color” y le
pregunta: “¿todo bien jefe?”
El señor voltea a verlo y le dice con voz entre cortada y
queriendo aparentar firmeza: “me acaban de hablar de Nogales para decirme que
mi hijo murió…”
¡Pum! Boto la pistola de gasolina que alimentaba de
combustible mi nave en señal de que ya habían sido entregados esos 200 pesos de
“magna”…
El despachador le dice que lo siente y yo también le comento
algo parecido.
“Era buen muchacho pero se juntaba con gente mala”
Afirmo con mi cabeza en silencio sin más que decir como dándole
la razón a un pobre hombre que ni conozco…
El despachador le dice: “así es la vida Don…”
Le pago al “gasolinero”, me subo al carro y mientras lo “arranco”,
escucho la voz del viejo que dice: “puta vida”…
Y me voy….
Charles
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