viernes, 28 de julio de 2017

Tiempo

Tiempo
Una angustia en la garganta, un ruido que taladra por dentro en silencio, así me sentía todo el tiempo, desde que recuerdo.
Me toco “educarme” en su momento, en la “mejor escuela”.
La gente rica siempre siente que tiene la razón y piensan que tú eres solo uno más que está ahí para servirles.
Después, vives con eso, entre los desplantes y los menos precios de estos “afortunados” de que sus padres sean los malditos dueños de Hermosillo y tu padre no.
Y se ríen de tus zapatos baratos, de tu vacaciones en ningún lado y de que ellos practican tenis en el “Raquet Club” mientras tu lavas alfombras o comes carne de vez en cuando.
Una pesadez en los parpados; y ahí están esas ganas de no abrir los ojos y dormir por siempre.
Y te sientes menos que cero y no sabes por qué…
Esa presión en el pecho que no se va y que parece robarte el aliento todo el tiempo.
Recordar lo invisible que fui por tanto tiempo para muchos.
Ese odio de sentir que al estar siendo yo estaba mal.
Y ellos en el recreo, cuando hay que elegir equipos para la contienda, eres el último que eligen, porque eres raro, porque eres malo, porque no tienes unos putos nike o reebooks en los pinches pies…
Las horas tan infinitas y daba igual si era noche o de día. Cada minuto era como pausar la respiración, sofocante y envolvente. Y la maestra te pendejeaba porque no te apellidas de otra manera… y tú sabias que estaba mal, pero a ella le valía una chingada eso… la estúpida estrella en la frente era para el “puñetero” hijo de “don bicholas…” y tú te habías quemado las pestañas sin dormir para salir mejor, pero no… tu apellido no salía en la “sociales” como la del hijo de su “puta madre” aquel, donde quizás, ni hijo era del cornudo “padre que lo mantenía…
Pues bueno, esos vivía en mi niñez mientras mis padres se partían la madre para pagarme “la mejor escuela”…
Yo tenía un solo amigo… pocos que se arriesgaban a ser amigo del “perdedor” y un día me “jala el director de la secundaria y me dice: “ya me dijo la mamá de fulano que eres mala influencia, llegas con discos de rock satánicos”… tenía 14 años ¿Qué puta madre podía yo saber de esas pendejadas? Solo me gustaba la música…
Pues bueno, ese amigo me dejo de hablar y evidentemente abrir la puerta de su casa.
Eran tiempos difíciles, no entender lo que pasa o porque la gente ve las cosas de otra manera y te hacen a un lado.
No tengo amigos de mi niñez ni adolescencia temprana, solo conocidos… en serio, no los tengo… es como si esa etapa no hubiera pasado en mi vida.
Mis amigos llegaron después en la vida. Cuando me encontré con personas que sus padres murieron o con otros que hubieran deseado no haber nacido.
Victimas de alcoholismo, violencia o drogas.
Y créanme, no lo me merecerían, ninguno de ellos. Pero me aceptaron tal y como era, ese morro que nadie volteaba a ver y que la gente en mis escuela, a pesar de estar con ellos desde el kínder, era invisible… infinitamente inexistente para ellos… incluso para mis padres que me decían que “solo es una etapa”…
¿Ubican la frase de “cuento mis amigos con la palma de mi mano”’?
Pues bueno, de mis cinco dedos, ya se me han muerto dos.

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