martes, 24 de octubre de 2017
Las cosas pasan por algo.
Llega un señor a la esquina de Reforma y Luis Encinas, yendo de sur a norte, se queda parado en la esquina esperando que el semáforo cambie... mira el reloj un par de veces, pareciera que trae prisa... se lleva una mano a la cabeza en señal de desesperación, vuelve a ver el reloj, el semáforo no cambia... mueve su pie izquierdo de arriba a abajo ya plenamente desesperado... los autos pasan y pasas pitando sin razón algunos, histéricos y hambrientos de quien sabe que cosa...
Al fin cambia la luz, cruza la calle como corredor olímpico, llega hasta la Cubiella y da vuelta a su derecha rumbo al Dairy Queen... al parecer le suena su teléfono celular, ve la pantalla, contesta... suelta el maletín que llevaba en su mano derecha, lo deja caer al suelo... cuelga... recoge el maletín... se devuelve a la esquina de Reforma y Luis Encinas, al parecer ya sin prisa... ya no mira el reloj... al fin cambia de nuevo la luz, cruza despacio... llega hasta el punto donde estoy, me mira y me dice: "las cosas pasan por algo" a lo que le contesto: "y las que no también"... sonríe y desaparece caminando lentamente hacia la UNISON...
Fin del comunicado....
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