“Ojos color quien sabe que”
Y cada vez que suena el piano, sueña el miedo; viaja el desorden y el
caos se despierta abruptamente; se tropieza la soledad entre esos minutos
cálidos de la última hora del día.
Las notas sobrevuelan la mente, arropan el alma, vomitan mareos…
Estoy sentado mirando fijamente el suelo… buscas figuras, formas, nubes
de humo y caminos a otras dimensiones… quiero ser un creador… busco fundar mi
propio infinito…
Me llevo mis manos a la frente y cierro los ojos, mis pupilas son lozas
que pesan toneladas; escucho tus lagrimas rodando y haciendo surcos por tus
mejillas… no quiero pensar en tí, me hace mal traerte de vuelta, sé que es solo
cuestión de tiempo para que hundas tu mano en mi pecho y me exprimas mi viejo
corazón…
No quiero pensar en ti, pero ahí estas, tan hermosa como cuando tenías
20…
¿De qué color son tus ojos? ¿Qué tonalidad es esa? Porque no son ni
verdes ni azules ni grises… y parecen ser todos a la ves ¿Qué color te has inventado
para tus pupilas?
No quiero, por Dios que no quiero pensarte y ahí estoy como atardecer
rojo de otoño en Hermosillo… triste, solitario, sin ganas más que de ser noche…
Me llevo un cigarro a la boca y digo tu nombre apenas con un débil
balbuceo…
Suena tan mágico como sonó la primera vez que lo nombre…
Vuelvo a decir tu nombre pero ahora más fuerte… a ti se te escapan dos
pestañas… mis oídos hacen fiesta y el piano sigue cantando…
“Eres increíblemente hermosa”- pensé…
Esos ojos color quien sabe que… esos ojos…
Charles Espriella
3 octubre 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario