martes, 19 de diciembre de 2017

Hoy te vi mi viejo amigo


Hoy te vi mi viejo amigo
Por Charles Espriella

Hoy en el medio día me encontraba en el centro de la ciudad, estaba esperando a que el semáforo cambiara para poder cruzar la calle.
El lugar era un mar de gente yendo de un lado a otro… parecían ríos interminables…
Esperando a que la luz cambiara, volteo hacia adentro de una tienda de muebles y de pronto te mire.
Tenía años sin verte, sin saber de ti mi querido amigo.
La mente se inundó de miles de recuerdos, incontables quizás, de todo tipo de matices, dulces y felices, agrios y oscuros… había luz y soledad…
Ahí estabas parado sin moverte, con la mirada fija, era imposible saber que pensabas o que había sido de ti. Creo conocerte de sobra y tal vez imagine lo que fuiste, eres y serás… y pensé que no habría mejor manera de saberlo que platicando contigo.
Recordé los años de escuela, las aventuras que pasamos, aquella vez que te enamoraste por primera vez y aquella otra en que estabas muy triste porque te cambiarias de casa y ya no verías a tus amigos.
Te recordé aquella vez que le mentiste a tus padres para ir a la quinceañera de Verónica y me acorde cuando un día, muy enojado me dijiste que ya no querías estudiar, que quizás eso no era para ti.
Recordé cuando en una semana santa de 1989 estabas muerto miedo porque unos weyes te querían golpear solo porque le “caías gordo…”
¡Cuántas cosas vivimos y yo sin saber de ti!
¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nos distanciamos?
Pensé en que te buscaría de nuevo y volveríamos a ser buenos amigos.
De pronto, una mujer dentro de la mueblería se paró frente a mí, justo donde estabas, tomo el espejo y se fue…
El semáforo cambio, la gente camino y yo con ella… y te volví a perder de vista…

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