sábado, 12 de septiembre de 2015

"Un dia cualquiera"

"Un dia cualquiera"
Por Charles Espriella

Un día cualquiera salte de la cama, me puse cualquier cosa, tome mis lentes oscuros, una gorra y salí a la calle...
 Me levante decidido a todo, ahora si escucharías tus verdades...
 Me fui caminando hasta la parada de camiones, esperaba la "combi amarilla" o el "fuentes-modelo"... Llego un circuito norte y me subí, daba igual a donde ir... era febrero y hacía un calor infernal, uno típico de esos que sufre Hermosillo cualquier día de verano... llegamos al centro, me baje del bus y camine hasta llegar a la calle Garmendia... compre una paleta de limón, me quede sin dinero y seguí caminando hacia la calle Serdán... luego que la encontré camine hacia la Calle Rosales hasta llegar a correos... saque de mi mochila mi cuaderno que usaba para no hacer nada en la universidad, luego una pluma, busque alguna hoja en blanco, todas tenían calaveras y poemas... encontré una y me resuelvo a escribir una carta, a escribirle a ella...

 Sentado debajo en una macetero de un gran yucateco sorteaba no ser cagado por los pichones y ahí nacieron las palabras que te dedicaría el resto de mi vida... ahí entre puestos de figuras de palo fierro y el olor a tacos de barbacoa de cerdo de la carreta que estaba a la vuelta... ahí tome mi pluma y lo primeo que me vino a la mente fue tu imagen, eras tú en la cafetería sentada con tus amigas jugando baraja... entonces mis dedos murieron de una embolia y mis uñas sufrieron de Parkinson... me descontrole como cuando me besaste aquella vez frente a la casa de tus padres...

Estaba decidido a mandarte una carta que te hiciera daño, así como tú me lo hiciste, soy un cobarde y no tengo valor para decírtelo a tus ojos.... pero al querer escribir me colapse... No tengo idea que chingados me hiciste pero no he podido superarlo... y me encabrona verte tan feliz haciendo tu vida por ahí... No se cómo es que lo haces, pero deberías de decírmelo... eso que me has hecho no tiene nombre, no le encuentro forma a las cosas, es un como si un universo se montara sobre mis hombros y me enterraran sus dedos en mis ojos... tu allá riendo y bailando, besándote con duendes y fumándote los cigarros que deberíamos de compartir... tu con tus manos perfectas acariciando sombras y dibujando el sexo con luces...

 Estoy muy encabronado y deberías de saberlo...
 Yo digo que te haces la loca para no hacerme caso...
 Deberías de pasar en vela todas las noches que yo he pasado pensando en ti...
 Me falta el aire, me calmo, me llevo las manos a mi cabeza...

 Tomo de nuevo la pluma, y escribo: "feliz día del amor y la amistad... para la mejor amiga del mundo... Carlos...."
 Cierro el sobre, le pego la estampilla y la meto al buzón y "pum" se fue...

Verano del 94

miércoles, 2 de septiembre de 2015

“Consejos sexuales para una larga vida”

“Consejos sexuales para una larga vida”
Por Charles Espriella

Son las tres de la tarde, voy rumbo al lugar acordado por la calle Veracruz, apenas y puedo creer lo que paso.
Mientras el semáforo me marca el rojo justo en la calle General Reyes siento que la presión se me sube hasta las nubes, creo que me va a explotar la cabeza. En mi mente solo puedo imaginar la cara de mis padres cuando les cuente lo que paso…

La luz cambia verde, acelero y el auto salta como un tigre sobre el pavimento, las llantas patinan, mi corazón se acelera, mis manos tiemblan… mi frente es una esponja hundida sobre una alberca… sudo como una paleta tirada en la banqueta en cualquier calle de Hermosillo en junio…

Miro por el espejo retrovisor, veo que a lo lejos se acerca ese Ford Mustang negro a toda velocidad, aunque está a metros de mi veo que se pasa el semáforo en rojo y casi choca contra un camión urbano…

Ahora si me va a llevar la chingada, de esta no salgo…

Doy vuelta por la calle donde viven mis padres y en lugar de parar continuo, acelero y pienso que si me va a llevar la chingada que por lo menos no me lleve frente a mis padres…
Vuelvo a mirar por el retrovisor y veo como el auto negro da vuelta como si las llantas flotaran sobre el  asfalto corriente y barato de las calles… veo tierra, polvo y piedras volando…

Normalmente cuando me estreso apago la radio, busco calmar y quitar cualquier cosa que me distraiga y me perturbe. Me aboco a pensar solo en la solución…

“Sé cómo el abogado del diablo” me decía un buen amigo Daniel, “piensa siempre la peor situación, la más jodida y búscale solución. Así si llega a pasar tendrás las respuestas y el arreglo adecuado…”
“Sé cómo el maldito abogado del pinche diablo”…

Pasó las calles volando, es como si las casas fueran nubes, nadie puede detenerme, nadie puede alcanzarme… ni estos idiotas podrán contra mí…    

¿Qué haría Daniel en este caso? ¿Háblame mi buen Daniel, háblame?

Busco mis cigarros, creo que me fumare unos 10 de un jalón, estoy muy nervioso…
Encuentro los tabacos y me llevo uno a la boca, lo enciendo bajo un acto de milagrosa precisión… lo enciendo al revés, por el filtro… lo tiro por la ventana… y ya no prendo otro, enciendo la radio… subo la música hasta el tope…  se escucha a todo volumen “Aces High”… intento olvidarme de lo que ocurre… “háblame Danielito ¿Qué harías, que?

Pongo mi mano derecha del lado del copiloto y ahí está el maldito paquete que me trae en este lio…
¿Quién me mete en estas pendejadas?

El  auto que aquel sujeto que me dio el paquete comienza a bajar su velocidad… el marcador me dice que no tiene gasolina, me dice que ahora si me va a llevar la chingada… miro por el espejo y a lo lejos se ve el puto auto avanzando a toda velocidad…

Por eso no manejo autos que no son míos… es una regla que tengo y la acabo de romper y he ahí las consecuencias…

Hacía mucho que no rezaba… bueno, comienzo a hacerlo…

Tomo el maldito paquete y salgo del auto y comienzo a correr a toda velocidad… me brinco una barda que da hacia una escuela primaria… pienso en esconderme ahí, quizás meterme a un salón o subirme a un árbol o al techo de algún edificio…

Escucho el frenado brusco del Mustang e inmediatamente después el sonido de armas automáticas cortando cartucho y la voz de un hombre que grita: “se metió a la escuela, ustedes por allá, yo cuido esta parte, tráiganlo vivo o muerto y no olviden el paquete”

¿Vivo o muerto?

Corro tan rápido como puedo y cruzo un campo de soccer y llego hasta la puerta principal la cual está cerrada por ser domingo. Aviento el paquete hacia el otro lado y luego me brinco yo… me escondo debajo de una camioneta que estaba justo enfrente al cruzar la calle… en eso llegan dos hombres vestidos de negros armados y con chalecos antibalas y uno le ordena al otro que se brinque él y que se quedara fuera cuidando ese perímetro…

Se oyen puertas de casa que se comienzan a abrir y los vecinos empiezan a salir y luego que ven al tipo armado unos se espantan y se vuelven a meter inmediatamente. Los más curiosos se quedan fuera…

-“Soy oficial federal, métanse a su casa por favor, hay un sospechoso de un crimen y creemos que esta dentro de la escuela… resguárdense por favor”...

Comienzan a llegar patrullas y autos de la policía federal y otros del ejército… la maldita escuela está rodeada y yo estoy tirado bajo la camioneta cubierto solo por la llanta y a ninguno de estos cabrones se le ha ocurrido buscar en los alrededores…

Comienzan a brincarse soldados, policías y federales por la puerta principal hacia adentro de la escuela…

¿Qué chingados tenía el paquete? ¿Por esto me van a pagar mil pesos?

De pronto dos pares de zapatos militares quedan parados justo frente a mí y uno le dice al otro: “la consigna es eliminar la amenaza. El General quiere ese paquete, no dejes que la policía ni los federales se lo lleven. Haz lo que tengas que hacer”

¿Soy una amenaza?
¡¡¡Háblame pinche Daniel!!!

De pronto otro par de zapatos quedan del lado del conductor y se abre la puerta de la camioneta… llega un policía inmediatamente hacia ese lugar:
-¿qué hace señor?- le cuestiona el oficial de policía al dueño del auto
-Tengo que irme a mi casa, yo no vivo aquí, aquí vive mi madre oficial…
-¿usted vio lo que paso aquí?
-No oficial, no tengo ni idea que es lo que paso…

El policía comienza a decirle que habían perseguido a un delincuente muy peligroso… yo solo podía pensar en mis padres… ¿Cómo se sentirían al enterarse? ¿Qué le dirán que hice? ¿Quién soy?
Me ruedo lentamente hasta la guarnición y por un pequeño espacio con el paquete en mano me arriesgo y me subo acostado a la banqueta… miro hacia la casa que está enfrente y muy pegada a la calle y gateo hasta el pequeño jardín donde tiene un cerco natural como de un metro y medio de una plata que se le conoce como “Carnaval”… me escondo  y escucho cuando la camioneta se va…

De pronto, se abre la puerta de la casa y sale una anciana con perrito de la raza chihuahua en sus brazos… no me ha visto, gracias a Dios que no ha mirado hacia abajo…

Ella está más interesada en ver el desmadre que se traen enfrente con fijarse que pasa en sus narices…

Se oye un hombre que grita: “aquí no hay ni madres, no está aquí adentro” seguido de un “Puta madre”…

Otra voz más grita: “vámonos”…

De pronto el pinche perro comienza a ladrar… me está mirando el cabrón y ladra desesperadamente…

La anciana le lleva su mano a la boca y le ordena: “cállate Rocky”… después se da la vuelta, entra a su casa y cierra la puerta…

Se escucha el ruido de más de una docena de autos saliendo a toda marcha hacia todos lados…
Me quedo acostado 10 minutos más… después lentamente levanto mi cabeza hasta la altura en la cual mis ojos pueden dar un vistazo de todo el lugar… no hay nadie…

Me levanto y mis piernas tiemblan… meto la mano derecha a mi pantalón y saco los cigarros, me llevo uno a la boca…

Tomo el paquete con mis dos manos y lo arrojo a un tambo de basura que está al lado del Carnaval…
Me voy a pie a casa…

Llego y mi madre me pregunta que como estuvo mi día…
-Normal madre, normal…


Por cierto, el consejo sexual de la historia para una larga vida es: sean románticos y  hagan cosas nuevas con su pareja… cosas nuevas, flores, bla bla bla…


martes, 1 de septiembre de 2015

“La vecina loca”

“La vecina loca”
Por Charles Espriella

Vive sola, ella es la única que habita esa vieja casa de una planta rodeada de árboles  de “palo fierro”  y matorrales que han ido creciendo sin sentido alrededor de la casa hasta formar una especie de campo protector.

Tiene dos perros, no son de raza, son más bien corrientes cruzados con de la calle. A veces los tiene en el porche otras dentro de su casa… sin embargo, estos animalitos le son fieles, son dos guardianes que al menor movimiento si quiera que se escucha por la banqueta lanzan sus ladridos defensivos.

Como les dije, ella vive sola y su vestimenta  es la de una adolescente  de los años setenta. Vivía con su abuela y su madre, las cuales murieron ya hace tiempo atrás.

Se viste como en aquellos tiempos aunque su cabello largo casi hasta la cintura esta basto de canas y su cara flaca y larga dejan ver los surcos de arrugas que forman ríos de años y años de soledad y abandono.

Nadie ha cruzado con ella palabra alguna, solo sale de noche de vez en cuando a regar las plantas y los árboles que parecen sobrevivientes de un holocausto.
Por entre sus ventanas se ven los cristales sucios y con telarañas y detrás de ellos se alcanza a apreciar una persianas de metal de esas que ya no se usan y que no veo desde los ochentas…

Su casa es una casa normal en su edificación, salvo que quien sabe cuándo fue la última vez que se pintó y se notan esas rayas negras que caen por las paredes como si fueran viejas gárgolas de algún castillo francés. Tiene un carro abandonado sin llantas dentro de lo que se puede decir es un anexo del porche, quien sabe de quién era, como les digo, yo solo vi en esa casa  alguna vez a la abuela, la madre y la hija y nada más. 
Nunca vi que llegaran familiares o amigos a visitarlas. Incluso nosotros los vecinos jamás lo hicimos.

Ahora caigo en cuenta que ni siquiera se su nombre.

A veces me levanto de madrugada y por alguna razón me asomo por la ventana que da frente a su casa y está toda oscura, no se ve luz alguna pero puedo sentir que ella está sentada en su mecedora del porche  acompañada de sus dos perros, fumando y mirando hacia donde estoy. Puedo jurar que veo la tiza al rojo vivo brillando como una luciérnaga entre los matorrales y ramas de árboles…

En la parte de atrás de hay un cuarto que quizás alguna vez se utilizó como cuarto de servicio… hay noches cuando no hay luna que se ve la puerta media abierta y como si dentro de esa habitación hubiera una vela encendida…  mi mente piensa mil estupideces o locuras alrededor de esto que quizás no valga la pena si quiera mencionar… me hace sentir un extraño miedo, no sé cómo explicarlo… me da ansiedad… no me gusta.

He visto muchas películas de terror y a veces me imagino a esta singular mujer teniendo a alguien secuestrado en ese lugar y tratándolo peor que a un animal para saciar su locura y Dios sabe que extraños placeres…

Una noche estaba sentado en la terraza de la casa oyendo un programa de rock por la radio y de pronto, eran como las 10 de la noche de aquel viernes… de pronto comencé a escuchar unos gritos de una mujer, era mentadas de madre entre otras cosas y se escuchaba que pateaban puertas y aventaban cubetas y cosas de cristal a la calle…

Me asome discretamente por la terraza y vi que era esta mujer…
Estaba hecho un torbellino, estaba destruyendo y maldiciendo a todo lo que tenía alrededor, incluso pasaba por donde estaban sus perros y los pateaba…

Pensé que esta mujer de plano había perdido la cabeza después de tantos años de soledad o que quizás tomaba pastillas para la depresión y se le había pasado la mano con la dosis… mil cosas pensé…

Pasaron algunos minutos lo que me parecieron horas, también pasaron dos policías en moto pero nada más voltearon a ver el desmadre y continuaron su marcha…
Su grito era un alarido lastimoso, era como si ardiera de adentro hacia afuera, como si le estorbara el alma dentro del cuerpo. Parecía poseída….

Después sin más ni menos, se sentó en la guarnición de la banqueta frente a su casa, saco un cigarrillo, lo encendió, le pego un golpe y expulso suavemente el humo que venía desde sus entrañas…

Después volteo justo exacto a donde me encontraba yo protegido por las sombras de las paredes y de la noche y me miró fijamente y después me giño el ojo izquierdo… seguido hizo un ademan como si me tirara un beso… le pego otro jalón al cigarro, aventó despacio el humo, tiro el cigarro y se metió a su casa… a su guarida que estaba totalmente oscura… por medio de la persiana medio abierta que estaba justo de lo que yo suponía era la sala, se encendió la luz de un viejo televisor en blanco y negro…

Y después de eso más nada, total silencio y paz…
Me encontraba totalmente petrificado… ¿Qué chingados fue eso? ¿Cómo supo que estaba ahí? ¿Qué hay con todo ese desmadre que hizo?
Me quede helado… sentí mucho pavor…

Corrí en chinga hacia la puerta principal y le puse doble llave, luego fui a la puerta del patio y después de igual forma a la puerta de la terraza. Las asegure… esa cabrona no estaba bien…
Apague todas las luces de la casa. Tome una silla y me senté justo en la ventana de mi cuarto que da directo a su casa, apenas y abrí la cortina y mire hacia ese lugar… todo estaba oscuro, salvo esa lucecita roja brillando en su porche… ahí estaba… me estaba mirando, me estaba esperando… me estaba vigilando ¿Qué quiere de mí?

Así sentado me quede dormido invadido de un miedo que nunca había sentido… ¿Cómo era posible que me diera miedo? Era casi una anciana que media si acaso 1.55 metros contra el 1.80 que mido yo… ¿Qué podría hacerme?

Eran como las 3 de la madrugada cuando unos pasos se escucharon subiendo por la escalera… volteo por la ventana y la puerta de su porche que daba a la calle estaba abierta… Ella había salido…
Me la imagine vestida con esas ropas de terlenka y su pelo tapándole parte de su cara y su mano derecha un cuchillo de carnicero diciendo maldiciones y caminando lentamente hacia mí mientras me miraba con esta vista que parecía perdida y perturbada…

Se abre lentamente la puerta… y veo la silueta de ella quien efectivamente tenía algo en la mano…
Me quiero levantar y no puedo, soy presa del pánico… ella camina hacia mí y me mira con esos ojos color aceituna y veo que es más vieja de lo que parece…
-“padre nuestro que estas en los cielos…”
Ella camina hacia mi… sonríe…
-“santificado sea tu nombre…”
La tengo justo frente en mi cara…

El sol del amanecer se cuela por el pequeño espacio que había abierto en la  cortina para espiar a la maldita loca y me doy cuenta que el ataque solo había sido un sueño.

Me voy a costar a mi cama y pienso en “Aura” de Carlos Fuentes…  seguro que algo así vivió el Maestro Fuentes… el mundo está llena de gente rara… si lo sabré yo…