Carretera al Infierno
Hace más o menos un par de semanas fui con mi familia a Bahía
Kino.
El viaje se planeó como se planean muchas cosas en la vida:
de improviso.
Estábamos desayunando en el conocido establecimiento de
hamburguesas cuando de pronto la tal Ale me dice: “¿y si vamos a la playa?”… a
lo que yo de manera inmediata y expedita le conteste con toda la discreción que
se puede tener un lunes de puente: “fierro”…
Pues nos fuimos a la casa
a levantar a los plebes y subir al “silver bullet” toallas, pelotas,
trajes de baño, papitas, agua, más papitas, más agua y todos los “guegueres”
´propios y de suma utilidad que se utilizan en la playa… cualquier playa… menos
las playas de San Diego, están bien feas… inche arena negra y el agua esta fría
de madres y…
Bueno, here we comes hacia Kino Bay y todos muy contentos,
Carlos Jr iba enfrente programando a Soda Stereo, y bueno, era una algarabía,
todo era alegría, buena vibra, el pinche amor flotaba en el aire…
¡Ah! Peroooooooooo (ese pinche pero que no puede faltar en
mis relatos) íbamos a escasos 20 kilómetros rumbo a la tierra prometida cuando
un gorila (yo creo que alguien ese día jugo Jumanji) venia como alma que lleva
el diablo, en chinga en un pick up y lo veo desde el espejo retrovisor y el
mendigo imbécil se me pega demasiado y me comienza a hacer cambio de luces…
Y aquí es cuando mi mente me dice: “¿Qué pedo con este
baboso?”…
Por supuesto que yo seguí manejando a la velocidad que iba y espere que Don
Gorila me rebase como lo hace toda la gente: por el lado derecho y NO por
encima de mi…
Pues bien, el tipo
como que se hartó y le piso al acelerador y me paso de lado en CH i N G A…
En unos cuantos segundos lo perdí de vista de lo rápido que
iba…
Pues bien, se fue el estrés y volvió la calma, para mi
claro, la family ni se dio color… cuando de ponto llega otro cabrón en un jetta
y de igual forma se me pega n chingo…
Veo el tablero del auto y observo que voy a 100 km por hora… así que digan
ustedes “despacito” no iba… tampoco más rápido porque, ¡por Dios! Esa carretera
es un peligro, ir a más velocidad es ir apostándole a la muerte…
Pues bien, yo creo que este cabrón pretendía
que YO me hiciera a un lado, es decir que me fuera al ACOTAMIENTO para que su majestad pasara…
Según el Diario Oficial de la Federación, en su publicación del
día 22 de noviembre del 2012, en su Artículo 2, fracción II, define ACOTAMIENTO
de la siguiente manera:
“ACOTAMIENTO, la superficie existente
entre la orilla de la superficie de rodamiento y la de la corona de una
carretera federal, destinada para la parada o el estacionamiento eventual de
los vehículos.”
Entonces ¿Por qué pitos
tengo que exponer la vida de mi familia manejando por el acotamiento solo
porque un imbécil va muy “apurado” en una carretera donde el límite de
velocidad es de 80 kilómetros por hora?
Y luego este tarado me rebasa por el carril izquierdo y
mientras lo hace voltea a verme con cara de que está viendo a Donald Trump agarrándole
las nalgas a su mamá…
¡Ah pinche plebito mocoso!
Pues le acelera a su pinche jetta y lo pierdo de vista…
¡Ah! ¿Pero a que no saben qué?
En el Poblado Mike Animal (Como diría nuestro Cowboy to the next level), en la
Costa de “Hermosio” en el primero pinche semáforo quedo carro con carro con el
mendigo morrito del jetta y el cabrón ni respiraba… si parpadeaba se me hace mucho…
¡Ah porque ustedes no me han visto mi cara de encabronado!
Y así estuvo el mendigo camino hasta Kino, gente que venía
en chinga, se me pegaban, no me hacía al acotamiento, me pasaban y se perdían de
lo rápido que manejaban…
Pues bien, en resumidas cuentas, la carretera está muy bien,
es la raza la que no sabe cómo diablos manejar en ese tipo de ruas…
REPITO: LA CERRETERA ESTA BUENA PERO SOMOS NOSOTROS LOS QUE
NO MANEJAMOS CON RESPONSABILIDAD.
Ya ni hablemos de que vienen “pistiando”, amanecidos, con algún
“aditivo” más o solo son pendejos por naturaleza…
Amigos y familia, no porque el pinche carro corra “bien
recio” tienen que ir en “zumba”…
La playa no se va a ir a ningún lado, “calmensens”…
Quiéranse tantito, no sean weyes.
Hay gente que los ama y espera, manejen con precaución…
Esto también aplica para la ciudad, aquí por la Calle
Reforma todos los días pasa la raza “volando”.
Nuestra bonita y siempre asertiva Ley de Tránsito, en
su artículo 88 establece como límites máximos de velocidad cuando no haya
señales indicadoras de 60 kilómetros por hora en bulevares, 45 kilómetros por
hora en pares viales, 30 kilómetros por hora en calles o avenidas, 20
kilómetros por hora en zonas escolares y 80 kilómetros por hora en zonas fuera
de los perímetros urbanos.”
Tengan un excelente viernes
Saludes
Charles “Guardián de la Galaxia” Espriella