“La
vez que fui a ayudar y me ayudaron”
Ayer me di la vuelta por la Cruz Roja para ayudar en lo que pudiera y resulta
que el que fue ayudado fue un servidor.
El lugar estaba lleno de gente de todos colores y sabores, no había partidos políticos
ni religiones, ni jóvenes ni viejos, solo gente dispuesta a dar un poco de su
tiempo.
Quede maravillado y agradecido con la vida por darme la oportunidad de entender
y confirmar que Hermosillo está lleno de gente buena, muy buena.
Ya por la noche el cansancio golpeaba un poco pero los ánimos, el entusiasmo,
la buena vibra, la camaradería, el amor al prójimo y las ganas de servir fueron
más fuertes…
Llegaban personas a dejar su ayuda en carros nuevos, carros viejos, camiones,
incluso me tocó ver a un señor ya de edad avanzada llegar en su bicicleta con
bolsas del “súper” a aportar con su granito de arena a esta causa.
Pensé mucho en la gente que está en aquellas ciudades pasando hambres, desolación,
miedos, perdidas de seres queridos, lo tenía en mi mente y por momentos me estremecía
hasta el tuétano.
De momentos rezaba y le pedía a Dios por ellos, después nos enfocábamos en
ayudar y los mensajes que la gente escribió en las latas, en las cajas, en las
bolsas eran inyecciones de amor y de esperanza. Nada más de acordarme me pone
la “piel de gallina”…
Ya tarde llegue a mi casa con un cansancio que no cansa, que quita el sueño y
que te deja con los ojos llenos de mil cosas, algunas inexplicables, con
preguntas sin respuestas…
Quise dormir y no pude, no sé a qué hora me sorprendió el sueño…
Soñé con esas imágenes que vi en la tele y en las redes sociales; soñé con
miles de personas ayudando y dándose ánimos y preocupándose por otros sin tan
siquiera conocerlos.
Soñé con padres y madres, hijos y sobrinos, abuelos y abuelas, soñé con todos…
Soñé con la gente que estaba en la Cruz Roja ayudando…
Al despertar no pude evitar decir una oración de agradecimiento porque la gente
que amo y quiero están sanos y salvos… y claro, le volví a pedir al Creador por
los menos afortunados…
Anoche mi alma vio muchos ángeles o héroes, no sé cómo quieran llamarles, a
final de cuentas quizás eso sea lo de menos, solo sé que anoche fui con la
voluntad de ayudar un poco y cientos de desconocidos terminaron ayudándome.
Dios los bendiga.
Muchas gracias.
Charles Espriella
21 de septiembre del 2017
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